¡Buenas! Esta semana Cougar Town ha vuelto a dejar un gran capítulo.
Siempre digo lo mismo, pero si es la verdad habrá que decirla ¿no? Y si esta
temporada me está pareciendo de las mejores, pues también se dice. Espero no tener
que cambiar de opinión cuando acabe, pero a falta de cuatro capítulos lo veo
difícil.
Bueno, de momento vamos a repasar y a comentar este y no
adelantemos. Sí, he sido yo sola quien lo ha dicho, no sé por qué hablo en plural.
Bueno, aquí es donde se deja de leer si aun no lo habéis
visto.
5x09 Demasiado no es suficiente
Jules está contentísima por la gran comisión que le ha
dejado una de las últimas casas que ha vendido. Por cosas como esta adora su
profesión, que, según ella, es la más antigua del mundo… Menudo rato de
diversión se pegan Laurie y Ellie gracias a su ignorancia, un juego de
comparaciones del que Jules tampoco se entera. El momentazo del capítulo para
mí ha sido este, aunque no tenga relevancia alguna.
Así que volviendo al tema
del dinero, Ellie no quiere que Jules se vuelva loca y lo invierta todo en una tontería
como suele hacer (hasta quiso montar una Boy Band). Lo que propone es que Andy
le busque una buena inversión de bajo riesgo, pero entre que ella tiene una
gran idea con la que está convencida que esta vez sí doblará su dinero y que a Andy
se le contagia fácilmente la ilusión, acaba invirtiendo él también en el
negocio del siglo: el vino-colegui.
Seguro que nadie se ha dado cuenta
Se acabaron los días de servir copas
Se trata de una copa para poner en la
botella de vino y hacer de ésta la propia copa y poder beber directamente de la
botella (No sé cómo se ha podido vivir hasta ahora sin ese invento). Ellie, por
supuesto, se indigna y lo considera lo más estúpido que ha visto, incluso por
encima de Bobby.
Hablando de Bobby, se compra un maletín para sustituir su
vieja bolsa de deportes que tiene unida por todas partes con chicle y grapas,
pero todo el mundo se ríe de él porque le viene quedando demasiado elegante. Él
mismo se da cuenta de que no le pega y trata de estropearlo un poco, pero
resulta que es más indestructible que los asesinos de las películas de terror.
Ni la furia de Laurie imaginando que pega a una golfa, ni meterlo por un
lavadero de coches sin coche, pueden con él. Pero cuando por fin lo asume y
Laurie le aconseja que se crea que merece tener cosas bonitas, se lo roban. C’est
la vie...
Cuando haya un apocalipsis zombie quiero ese maletín
Nadie marca estilo como Bobby
Por otro lado, Travis y sus nuevos amigos, un grupito de
estos que ven perfectamente pero llevan gafas (me ha encantado esa definición
de Laurie), están tomando algo en el bar de Grayson y cuando se dan cuenta de
que no tiene nada de las bebidas infrecuentes que piden, se van a otro bar más
de su rollo. Grayson va con Tom, más bien Tom le sigue, a ver de qué va ese
otro ambiente y pone algunas cosas más modernas en su bar. Pero el problema es
que es él el que está anticuado, según le cuenta Tom que ha dicho Travis. Éste
confiesa que lo que le ocurre es que le está empezando a ver como a un segundo
padre y le pone nervioso las cosas que hace, como cualquier hijo que siente
vergüenza de su padre. Grayson en vez de seguir con su cabreo, se emociona
porque por fin se ven como familia en vez de cómo dos colegas.
¿Y qué pasa con el vino-colegui? Jules se vuelve
loca del todo y compra un puesto para venderlos (no lo alquila, no. Lo compra).
Incluso ella y Andy tienen preparado un publirreportaje de lo menos forzado y
un eslogan que no da lugar a un mal pensamiento de ningún tipo: Meterlo y
tragarlo.
Imagen congelada de las profesionales
El infrecuente Tom integrándose
Un posible cliente les dice lo que todo el mundo tiene en la
cabeza, que con ese artefacto sólo una persona puede beberse la botella. Para ellos
eso no es ningún problema, claro, pero el hombre decide pasar. El golpe con la
realidad llega cuando se dan cuenta de que sólo han vendido un vino-colegui en 8 horas y ha sido porque a alguien se le cayó al suelo y tuvo que pagarlo.
Jules reconoce que Ellie tenía razón, mientras Andy sueña con comprar un
helicóptero.
Pues este ha sido el capítulo de esta semana. ¿Qué os ha
parecido? A mí, como dije al principio, muy bueno. Con tantas horas como pasan
bebiendo vino, ya estaban tardando en inventar algo relacionado con ello.
¿Vosotros compraríais un vino-colegui? Yo casi prefiero el maletín de Bobby,
que puedo guardar cualquier cosa preciada y quedará bien blindada. Podéis dejar
ésta o cualquier otra opinión en los comentarios.
Hasta otra y gracias por leer.
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